miércoles, 1 de junio de 2011

Leonard Cohen

Estoy en contra de que le hayan otorgado el premio Príncipe de Asturias de las Letras a Leonard Cohen. No es que me parezca fatal, como sería el caso si se lo hubieran dado a Sabina o a Pérez-Reverte, pero tampoco me parece bien. Y que conste que no tengo nada contra Leonard Cohen. De hecho no me parece mala persona, y además sus primeros discos me gustaban bastante. Ese cantar cansino y monótono con el único acompañamiento de una guitarra de palo era la banda sonora perfecta para que un adolescente pedante y asocial como yo disfrutara deprimiéndose durante una gris tarde otoñal. Más aún, a mí Leonard Cohen me gusta como escritor. Y no les hablo de sus letras, que si me entretuve en traducirlas no las recuerdo, ni de sus libros de poemas, género que me ha interesado poco. Me refiero a sus novelas, que muy poca gente habrá leído.

Las compré en alguna feria del libro a principios de los ochenta en las traducciones que publicó la editorial Fundamentos, y que debieron de venderse bien pues andaban ambas por la quinta edición. No me atrevería a leerlas ahora de nuevo pero juraría que no han debido de envejecer mal del todo. En cualquier caso ambas son recomendables. El Juego Favorito es una novela iniciática, con muchos toques autobiográficos y bastante sentido del humor. Los hermosos vencidos es algo más densa, llena de obsesiones religiosas y con un punto experimental que a mí me recordaba a Rayuela. Y sí, les puedo asegurar que Los Hermosos Vencidos es una novela y no un poemario, como publican hoy todos los diarios que han tomado la noticia del premio de la agencia Efe. Incluso he enviado un comentario al Diario de Sevilla para que lo corrijan pero no me han hecho caso y ni siquiera lo han publicado. No se sorprendan, es lo usual cada vez que les pillo en un error.

Por qué no me gusta entonces que le hayan dado este premio? En primer lugar por llevar la contraria, que el blog está de estreno y nada incita más a la participación que la polémica. Pero sobre todo porque la obra literaria y musical de Cohen que realmente vale la pena, la que ha podido ejercer una influencia sobre las siguientes generaciones, se publicó hace más de treinta años. Y desde entonces no ha vuelto a hacer nada digno de mención, salvo repetirse y sacar réditos del pasado.O al menos esa es la impresión que a mí me da sin ser experto en su obra. Aunque tampoco tengo muy claro qué sentido tiene ni para qué sirve el premio Príncipe de Asturias, que siempre me ha parecido buenrollista, mediático y poco serio.

Puestos a ello, le podían haber dado el premio a McEwan, que era otro de los finalistas. Su primer libro de cuentos, ese que tienen a su derecha, se publicó en España en la mítica colección Contraseñas de Anagrama, la misma en la que descubrimos a Bukowski, Brautigan o Tom Wolfe. Yo lo leí por la misma época que las novelas de Cohen, y recuerdo que me gustó mucho por su originalidad y su humor negrísimo y descarnado. Por lo visto ahora se ha puesto serio y trascendente, pero como ya no leo novelas no se lo puedo corroborar. En cualquier caso, mi señora le tiene en muy alta estima literaria. Y es a lo que me refiero, es un tipo que lleva una carrera seria como escritor, que publica regularmente con buenas críticas y aceptación popular. Parecería un mejor candidato al premio que no el abuelito Cohen. Pero ya les digo que a mi todo esto en realidad me trae bastante sin cuidado.

Y bueno, no nos podíamos despedir sin un temita del galardonado. Uno divertido, que no se diga. Y además es un consejo muy sabio y pertinente.


 Leonard Cohen - Don't Go Home With Your Hard-On (1977)

1 comentario:

Alcancero dijo...

Hubiese sido mejor darle el de las Artes en todo caso. Yo he leído alguna cosa de McEwan y me parece un escritor bastante brillante. Estoy de acuerdo en que estos premios deberían reconocer carreras y no brillanteces esporádicas.