martes, 7 de febrero de 2012

Decíamos ayer

Pues aquí me tienen de nuevo, después de mi incalificable espantada. Que ni yo mismo esperaba que fuera tan larga, pero la carga de trabajo de estos meses ha sido muy superior a lo que la leyenda negra nos atribuye al gremio docente. Y creo que ya les he explicado que soy incapaz de realizar simultáneamente dos actividades que impliquen esfuerzo intelectual. De modo que si vuelvo al blog, que me lo exige y mucho, ya pueden imaginar lo que les espera a mis alumnos en el próximo cuatrimestre. Pues que se vayan dando con un canto en los dientes porque, abúlico y todo, mis clases serán lo mejor que les suceda en toda la carrera. En cuanto a ustedes, mis fieles seguidores, dejen de quejarse y consideren este hiato como el obligado descanso entre temporadas de esas series televisivas a las que tan aficionados son.

Y qué ha pasado durante mi ausencia? Pues casi nada: Que el pueblo soberano, asustado por una crisis cuyas consecuencias está sufriendo en sus carnes pero cuyas causas es incapaz de comprender por el estado de embrutecimiento en el que ha sido mantenido durante las últimas décadas, ha optado por uncirse como bueyes al carro triunfal de la derecha para llevarla nuevamente al poder. Que este pueblo tiene fama de levantisco pero todo se le va por la boca en la barra de las tabernas, y que cuando llega el momento de tomar decisiones él mismo se coloca obediente las cadenas, no vaya a ser que se disgusten los señoritos. Nada que no fuera previsible a poco que uno conozca la historia y eche una mirada en derredor. Y el futuro se muestra igualmente negro y predecible. Porque en cuanto el servilón se percate de que, pese a los palos en los lomos, su situación sigue empeorando, acabará cayendo en los brazos de cualquier demagogo de extrema derecha quien, con un lenguaje asequible a sus limitadas entendederas, le explicará que la causa de sus males la tienen los inmigrantes, los sindicatos, el europeismo o las bibliotecas públicas. Lo cual obligará a los actuales gobernantes a mover sus posaderas ideológicas hacia donde tradicionalmente las han venido asentando, y empezarán a legislar sin los miramientos de la ficción liberal.

Malos tiempos, ya lo ven. Y sin embargo no soy demasiado pesimista. Confío en una recuperación del movimiento 15-M bajo otra forma, distinta al folklorismo de las acampadas y las asambleas y más centrada en la creación de células con capacidad de intervención política. Por otro lado, la crisis económica obligará a ser austeros, lo cual es una virtud incluso en tiempos de opulencia. Los grandes fastos y las obras faraónicas empezarán a estar mal vistos, y acabará surgiendo una cultura basada no en la subvención ilimitada sino en la creatividad, el libre intercambio de ideas y el trabajo. Y en esas coordenadas pretendo que discurra el blog lo que dure esta temporada, aunque al final nunca se sabe contra qué o quién acabaré lanzando mis invectivas.

Y en cualquier caso, siempre podrán escuchar buena música. En la muy poco probable coyuntura de que todavía quede alguien ahí fuera esperando mi vuelta.


Golden Half - Taiyo no Kanata

3 comentarios:

Johnny Tumblepop dijo...

Bienvenido

Profesor Franz dijo...

Coño! Eso sí que es rapidez! Muchas gracias!

Alcancero dijo...

Aquí estamos como un solo hombre. En estos tiempos de demagogos mentes como la suya nos alivían del sopor y de la decadencia del pensamiento occidental, antaño poderoso y que hoy solo sirve para rellenar los periódicos con artículos dominicales. Bienvuelto.